La producción de Agua Caliente Sanitaria (ACS) puede suponer hasta casi un 20% del consumo energético en un hogar, siendo el segundo gasto más importante tras la climatización. Te presentamos unos consejos para ahorrar en su consumo.
Adaptando nuestro consumo al sistema de ACS
Saber qué sistema de ACS tenemos ayudará a adaptar nuestro consumo para hacerlo más eficiente. Existen dos tipos generales: de generación instantánea y de acumulación (con diversas variantes).
Los sistemas instantáneos de generación de ACS son los más comunes. Es el caso de los habituales calentadores de gas o eléctricos, o las calderas murales de calefacción y agua caliente (calderas mixtas). Cada vez que demandamos agua caliente se pone en marcha el generador. Estos continuos encendidos y apagados incrementan el consumo. Por tanto, el objetivo con estos sistemas es minimizar la cantidad de veces que demandamos ACS.
En el caso de los equipos eléctricos instantáneos, la producción de ACS es casi inmediata, pero conllevan un consumo eléctrico mayor, ya que necesitan un pico de potencia alto. En los calentadores de gas, el agua caliente tarda un poco más en salir, aumentando el consumo de agua. Además, este tipo de instalación requiere más revisiones.
Un sistema de acumulación es más eficiente, pero se necesita de instalaciones mayores: si se trata de un sistema centralizado, que sirve a varias viviendas, necesita de un generador (normalmente una caldera) externo. Si se trata de un sistema para vivienda única, puede disponer de un termo eléctrico. La desventaja de este es que, aunque el agua sale caliente de manera instantánea, cuando se acaba la reserva se tarda más en calentar nueva agua.
Regular la temperatura de producción instantánea
Los calentadores suponen hasta 7,5% del consumo total de la vivienda. Ajustar la temperatura del agua caliente entre los 30° y 35° ayudará a disminuir este consumo, ya que se trata de la temperatura de confort ideal para el aseo personal. En el caso de las calderas mixtas de calefacción y ACS, esta temperatura se puede ajustar en 50°: la temperatura del ACS no es necesaria que supere esta cifra y ahorramos energía en su calentamiento.
Almacenaje con temperaturas cercanas a la de consumo
Si disponemos de sistemas de almacenaje, la manera más eficiente de almacenar ACS es hacerlo con la temperatura lo más próxima a la de consumo. Por tanto, con acumular agua entorno a los 45° o 50° (en previsión de alcanzar los 30/35° de confort) se minimiza el consumo energético.
En verano esta temperatura de confort es menor, de manera que podemos disminuir aún más esa temperatura de almacenaje. Por el contrario, en los meses de mayor frío se puede aumentar hasta los 60° para prevenir la formación bacteriológica en el sistema.
Desconectar el generador de ACS en vacaciones
En caso de ausentarse de la vivienda durante varios días, es aconsejable desconectar el generador de ACS de un sistema de almacenaje. La temperatura del agua acumulada se rebaja de manera constante, de manera que el generador de ACS se conecta a diario para volver a restablecerla. Si no vamos a estar en casa, es una energía que se desperdicia. Asimismo, es por ello que es tan importante disponer de un buen aislante en tuberías y acumulador.
Abrir el grifo en modo frío
Un pequeño gesto, de los más sencillos, pero que ahorra energía. Si accionamos una maneta de baño por la parte central, requeriremos el paso de agua fría pero también caliente, de manera que pondremos a trabajar el generador en un sistema instantáneo o gastaremos nuestra reserva en un sistema de almacenaje. Si giramos la maneta antes de accionarla evitaremos cualquier intervención de la caldera.
Apostar por una grifería más eficiente
Existen marcas de grifería que ya disponen de reguladores termostáticos para el agua. Funcionan cómo las válvulas termostáticas de los radiadores, ajustando la temperatura para evitar un consumo innecesario durante las transacciones de frío a calor.
Otro elemento que ayuda al ahorro son los mandos centralizados para la ducha, que regulan según temperatura por un solo caudal, sin la necesidad de manipular las entradas de agua caliente y fría. La instalación de reductores de caudal (perlizadores) también ayuda a reducir el consumo: inyectan aire al caudal, de manera que el chorro mantiene la potencia con menos agua.
Usar programas de baja temperatura en electrodomésticos
La lavadora es uno de los electrodomésticos que más consume, suponiendo más de un 7% del consumo total de la vivienda. Y de esta energía, alrededor del 80% se utiliza con la finalidad de calentar el agua. Por ello, es altamente recomendable usar programas de lavado a baja temperatura. Los modelos de lavadora que se conectan al termo reducen el tiempo de calentamiento y permiten ahorrar hasta un 25% el tiempo y el consumo de energía.
Otro electrodoméstico con un gran consumo de ACS es el lavavajillas, con el que también podemos funcionar con programas a temperaturas menos altas. En su caso, el 90% de la energía se usa para calentar el agua; casi un 4% del consumo total de la vivienda. Es conveniente limpiar el filtro y revisar los niveles de abrillantador y sal para aumentar su eficiencia.