Las alergias son un problema que viven una gran cantidad de personas a diario en exteriores y en espacios cerrados por unas condiciones deficientes en los sistemas de ventilación. Los alérgenos son más comunes en los meses de altas temperaturas como primavera y verano, por este motivo debemos extremar la precaución en lugares en los que pasamos una gran cantidad de tiempo como el hogar o el centro de trabajo.
En general tendemos a pensar que este tipo de dolencias se producen principalmente en zonas exteriores con mucha generación de polen, pero en espacios interiores también se producen reacciones alérgicas con mucha facilidad y frecuencia. Al ser lugares cerrados, los efectos negativos que puede tener la presencia de partículas que desarrollen alergias en nuestros cuerpos pueden ser más persistentes por una falta de renovación adecuada del aire.
¿Cuáles son las causas de un aire interior de mala calidad?
Una ventilación inadecuada. Debemos asegurarnos proporcionar la suficiente ventilación para que la renovación de aire interior se realice de manera correcta. Las medidas de mantenimiento y de limpieza son igual de importantes para la eliminación de agentes externos e internos en nuestros hogares.
La contaminación interior. Debemos evitar la acumulación de contaminantes químicos generados por los propios usuarios (CO2, como consecuencia de los procesos metabólicos, humo de tabaco, etc), por los materiales de construcción o por productos que empleamos como desinfectantes y pinturas, entre otros. Para garantizar la eliminación de todas estas sustancias debemos tener un sistema de ventilación eficiente y de calidad para que no se produzca su acumulación en el aire.
Humedad relativa. En el aire encontramos microorganismos que ponen en riesgo nuestra salud. Las esporas se adhieren al polvo y a las superficies de nuestro hogar dando lugar a hongos si se dan las condiciones adecuadas (unas condiciones de humedad por encima del 70%). Además, un sistema de recirculación del aire se encarga de la propagación de estos microbios, por este motivo debemos evitar la acumulación de condensación en nuestros sistemas de climatización.
¿Cómo disponer de un aire de mejor calidad para combatir las reacciones alérgicas?
La eliminación de sustancias contaminantes en nuestros hogares es más fácil de lo que parece gracias a las edificaciones con ventilación controlada. Las viviendas construidas bajo los estándares Passivhaus son idóneas para personas propensas a sufrir episodios alérgicos gracias a la minimización de la influencia del ambiente exterior sobre el ambiente interior de nuestros hogares. El sistema de ventilación controlada de estas construcciones garantiza una renovación constante del aire sin necesidad de la ventilación tradicional que permitiría la entrada de ácaros o polen entre otras sustancias.
Las edificaciones Passivhaus cuentan con sistemas de ventilación de doble flujo, clave para asegurar que todo el aire procedente del exterior pase por una serie de filtros. Estos están ubicados dentro del sistema de ventilación, que atrapan las partículas en suspensión, favorecen el confort térmico y de la humedad, factores que favorecen la acumulación de ácaros y hongos. Gracias a los filtros de aire que el sistema incorpora, podremos disfrutar de un aire más limpio y evitar molestias relacionadas con alergias en espacios interiores.
Estos edificios de alta estanqueidad persiguen la máxima eficiencia energética posible al minimizar las filtraciones de aire no deseadas. Así que el estándar Passivhaus trata de controlar el caudal de aire de renovación para garantizar la salubridad del aire, libre de concentraciones de humedad y CO2 para evitar por completo la proliferación de bacterias y hongos responsables de gran cantidad de alergias y respuestas inmunitarias.