Primer tratado europeo sobre el uso del frio por Gabriel Barceló Rico-Avello

Gabriel Barceló Rico-Avello

Socio fundador y socio de honor de Atecyr

Tras la investigación que hemos realizado, la primera obra monográfica europea que hemos encontrado sobre el uso del frio, es de un médico e higienista valenciano, llamado curiosamente, Francisco Franco (1515- 1569), y denominada: Tratado de la nieve y del uso della (Sevilla, 1569). Además de las aplicaciones médicas y de conservación, existe la vertiente lúdica de consumo de alimentos fríos o helados, tanto sólidos como bebidas.

Su autor se graduó como bachiller en la universidad de Valencia, y estudió medicina en la de Universidad de Alcalá, licenciándose en Medicina en 1543, fue nombrado catedrático de Prima en la Universidad de Sevilla en 1560. En el Tractado de la nieve y del uso della, de treinta páginas, explica las distintas formas de utilizar la nieve para enfriar las bebidas, y la conveniencia del consumo de bebidas frías desde el punto de vista dietético. Puede considerarse que éste es el primer tratado europeo sobre el tema, que muy pocos años después repetirían también Nicolás Monardes y Francisco Micó.

Epístola Dedicatoria. Imágenes cedidas por la Biblioteca Nacional, Madrid

Tanto Monardes, como Franco, son residentes en Sevilla en la misma época: Que ambos autores, investigando casi a la vez sobre un mismo asunto, se ignoren mutuamente, obedece a la enemistad nacida en la lucha por la cátedra sevillana prima… Además existe un factor comercial detrás de todo esto, pues el uso de la nieve y de las bebidas frías no solo respondía a los supuestos de la dietética tradicional, sino que, a su vez, llevaba aparejado un importante negocio, no solo en Sevilla.[1]

La portada interior de la obra incorpora un grabado con esta leyenda: Dirigido al Muy Ilustre Señor Don Hernando Enríquez y Compuesto por Francisco Franco, médico del Serenísimo Rey de Portugal y Catedrático de Prima en el Colegio Mayor de Santa María de Jesús y Universidad de Sevilla. Con Privilegio Real.

En su tratado expresa: La costumbre de enfriar bebidas con nieve parece tener, a efectos de la civilización occidental, un origen mesopotámico. Las técnicas relacionadas con el enfriamiento de las bebidas, y con ellas las recetas para la confección de sorbetes llegaron a la península a través de la cultura musulmana, sobre todo una vez que afamados médicos como Razés o Avicena recuperaron la tradición galénica del uso moderado de la nieve frente a la prohibición estricta de la doctrina hipocrática.[2]

No obstante, para Hipócrates, el uso de la nieve y de las bebidas frías representaba una transgresión de la norma ”Nada en exceso”, en cambio, para Galeno solo se exigían restricciones al frio en caso de dolencias de garganta y pecho. Por tanto, se extendió el uso de la nieve y de las bebidas frías entre los médicos.

Precisamente, en este texto su autor describe los distintos usos terapéuticos de la nieve, enfriando el agua o las bebidas que los enfermos bebían, y los beneficios que en su opinión podían derivarse para su salud, con su uso moderado de la nieve, conforme al criterio de Galeno.


[1] Díaz-Delgado Peñas, Ignacio: Entre el comercio, la ciencia… y la sospecha: vida y obra de Nicolás Monardes Alfaro. Marzo, pág. 87, 2015

[2] Franco, Francisco: Tratado de la nieve y del uso della, Sevilla, 1569, impreso en casa de Alonso de la Barrera. Acabóse a catorce días de Mayo Año de MDLXIX.

Última página del tratado de Franco. Fue impreso en la muy noble y leal ciudad de Sevilla, en casa de Alonso de la Barrera impresor de libros. Acabóse a catorce días de Mayo Año de MDLXIX

Inicia su tratado con una epístola explicativa a su protector:

Muy Ilustre Señor,

De veinte días a esta parte me ha preguntado V.S. dos veces qué me parecía del enfriar la bebida con nieve, y yo respondí sumariamente qué asentía. Empero porque en esto hay algunas excepciones, y no se puede dar regla universal, y porque no he visto división entre los físicos, los cuales en muchas cosas suelen ser diferentes, y no es cosa nueva que de esta variedad y contradicción ordinaria entre los físicos gravemente se queja Plinio, determiné escribir largamente lo que dije a V. S. en pocas palabras, para que por este papel vea V. S. mi opinión, y lo que escribieron acerca de esto algunos de los antiguos.

Nuestro Señor la muy Ilustre persona de V.S. guarde

Francisco Franco

Añade en el texto:

Grandes cosas son las que ha hecho e innovado el señor don Francisco de Castilla para la mejor gobernación de esta gran máquina de Sevilla y haber dado orden como se traiga nieve se puede contar entre ellas, porque para muchas enfermedades es necesaria la nieve, y para todos los sanos y bien dispuesto s para enfriar su bebida ordinaria.

Es cosa extraña ver en Sevilla como se trata entre todas (las) personas de la nieve como cosa tan nueva para esta ciudad: porque los naturales no sólo no han gozado del beneficio de la nieve más ni la han visto.

Porque aquí en Sevilla no nieva aunque según se lee en los anales fue cosa maravillosa aquí en Sevilla, porque el año de 1.406 fue grande la copia (abundancia) de la nieve que cayó. Fue fruta muy nueva para Sevilla porque en semejantes regiones no suele engendrarse como luego diré.

Causa admiración traerse aquí desde Granada, ¡¡qué sería si viesen nevar!! Al fin de este tratado diré qué cosa es la nieve: y cómo se hace, y por qué en algunas regiones y no en otras, prosigamos ahora con las objeciones que se pueden hacer contra la nieve, y el uso de ella, y es que Avicena, en el segundo libro capítulo quinientos veintiocho dice que el agua de la nieve es mala para los viejos, y para aquellos en los cuales se engendran humores fríos, y que dañan a los nervios.

Claramente se ve en este lugar que no vitupera la bebida enfriada con nieve sino el agua de la misma, más antes no vitupera el uso de ella pues dice que algunas veces quita el dolor de dientes.

Y en Alcalá de Henares vi curar un gran dolor de cabeza con poner sobre el dolor un poco de nieve; más fuerza tiene lo que dice el mismo Avicena en la sentencia III del primero en el capítulo en que trata de la orden que se ha de tener con el agua, y con el vino…[1]

El autor describe, como vemos, las costumbres del uso de la nieve en bebidas frías, y el modo de enfriar esas bebidas, comentándose esta costumbre en la literatura médica desde el siglo XVI, cuando se consolida la moda de libar frío. Así el Tratado sobre el uso de la nieve recuerda que: …esta orden de enfriar es para aquel género de personas las quales están impedidas en cosas de negocios, como los que andan rigendo los pueblos y governando la República, principalmente sus ministros, assimismo los soldados y los que andan mucho camino, y recomienda sumergir los envases en “agua heladísima” a los hombres que se ven obligados a viajar a menudo.


[1] Franco, Francisco: Tratado de la nieve y del uso della, Sevilla, 1569, impreso en casa de Alonso de la Barrera. Acabóse a catorce días de Mayo Año de MDLXIX.

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