La filtración como medida para mejorar la CAI y seguridad frente al contagio en espacios interiores por Pedro Vicente Quiles
Pedro Vicente Quiles
Presidente del Comité Técnico de Atecyr
El filtrado del aire mejora la calidad del aire interior y puede emplearse para corregir problemas de ventilación. Los purificadores de aire pueden ser adecuados en espacios donde la renovación del aire sea escasa: no pueden sustituir al aporte de aire exterior, pero sí producen una mejora importante. En este sentido, se han establecido recomendaciones para el uso de filtración mecánica en espacios interiores.
Las partículas sólidas o líquidas en suspensión en el aire, denominadas habitualmente aerosoles, definidas como “partículas transportadas por el aire”, son los contaminantes más preocupantes y, además, son los elementos que con mayor facilidad eliminan los filtros de tipo mecánico. Hasta la pandemia, el filtrado se centraba en reducir la contaminación del aire exterior debida a las partículas producidas por el tráfico, la actividad industrial, etc., o por contaminantes naturales como polvo o microorganismos.
Sin embargo, a raíz de la pandemia, se ha visto que el filtrado de aire interior, recirculando el mismo a través de filtros mecánicos es una buena solución para reducir los aerosoles presentes en el ambiente interior. Esta solución, que en pandemia de centra en reducir la carga vírica de una persona que pudiera estar contagiada por el virus, se ha visto que puede ser eficaz para la reducción de todo tipo de aerosoles de partículas o microorganismos.
La norma que el RITE indica para determinar el criterio de selección de filtros es la EN 779:2012, aunque ya está derogada. Esta norma denominaba los filtros en “M”, “F” o “G” según su eficacia de filtración a partículas de 0,4 micas. La nueva norma ISO 16890:2016 para la elección de filtros se aplicará en la próxima modificación del RITE y clasifica los filtros en función de su eficiencia de filtrado de partículas de 1, 2,5 y 10 micras. Por tanto, la denominación de los filtros que se comercializan actualmente ha cambiado. Además, existe un etiquetado energético de los filtros que informa sobre el consumo energético de los mismos debidos a su pérdida de carga durante un periodo estandarizado de funcionamiento.
En el curso se mostraron casos prácticos de selección de filtros, así como la estimación del consumo energético debido a la impulsión del aire exterior. Así mismo se realizaron casos prácticos de uso de filtros en la recirculación de aire, para la reducción de aerosoles del aire interior. Los ejemplos muestran que la recirculación de aire en equipos como rooftops, reduce de forma importante los aerosoles presentes en el aire interior incluso empleando filtros de 70-80% de eficacia debido al alto caudal de aire que recirculan.
Por último, se abordó la selección de equipos purificadores, tanto de pequeño tamaño para espacios reducidos, como de equipos autónomos, capaces de tratar el aire de grandes espacios como comercios.