Directiva Europea de Eficiencia Energética (Directiva 2023/1791/UE) por Arcadio García Lastra

Arcadio García Lastra

Secretario del Comité Técnico de Atecyr

Me gustaría comenzar este artículo contextualizando sucintamente el escenario geopolítico en el que nos encontramos, estando, a mi modo de ver, marcado por 4 factores:

  • La recuperación económica post-pandemia (con ayuda de fondos europeos).
  • La crisis energética derivada del conflicto bélico en Ucrania.
  • El cambio global de los mercados energéticos (mercado Único Europeo).
  • La lucha contra el cambio climático por la emisión de gases de efecto invernadero (resiliencia). Neutralidad climática en el año 2050.

En este contexto, la Unión Europea ha establecido determinados objetivos que se deben alcanzar en el corto plazo (2030):

  • En el Paquete Fit for 55 (julio 2021): supone incrementar el objetivo de descarbonización a 2030 (reducción de gases de efecto invernadero del 55% frente al 40 % inicial) y obliga a revisar y actualizar la legislación de la UE y en consecuencia la de todos los Estados.
  • En el Plan REPowerEU (mayo 2022): impone reducir rápidamente la dependencia con respecto a los combustibles fósiles rusos y acelerar la transición energética.

En estas circunstancias, se ha publicado una nueva Directiva de Eficiencia Energética, Directiva 2023/1791/UE, que deroga a la actual Directiva 2012/27/UE. Los Estados miembros deben trasladar los preceptos que contiene a sus ordenamientos jurídicos, en algunos aspectos, en menos de dos años desde su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea, DOUE (fecha de publicación, 20/09/2023).

Esta es una Directiva cuyo ámbito de aplicación no es exclusivo para la edificación, pero trata algunos temas específicos de nuestro sector, como son las redes de calor y frio y los planes de reducción del consumo de los servicios de calefacción y refrigeración. En particular, la Directiva indica que los Estados deben promover la modernización de los sistemas de calefacción como parte de rehabilitaciones profundas, en consonancia con el objetivo a largo plazo de alcanzar la neutralidad en carbono en el año 2050, es decir, reducir la demanda de calefacción al máximo y abastecer ésta con fuentes de energía renovable, sin emisiones de carbono.

Como sucederá con la de Eficiencia Energética en Edificios, la Directiva introduce estas medidas para acelerar la eficiencia energética, cumpliendo siempre el principio de “La Eficiencia Energética Primero”.

El documento en cuestión, marca el objetivo (vinculante para los Estados miembros) de reducir el consumo de energía final en la UE en un 11,7 % en el 2030 (con respecto al año 2020), lo que quedará reflejado en la nueva publicación del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC), actualmente en información pública.

De forma particular, en el sector económico edificatorio supondrá los siguientes cambios en nuestro ordenamiento jurídico en los próximos años:

  • Ampliar la obligación actual de rehabilitación de edificios del 3% anual a todos los niveles de la administración pública, no solo la administración general (ampliar el papel ejemplarizante del sector público).
  • Obligación de monitorizar el consumo energético, generando una base de datos publica a nivel de la UE. Esto permitirá conocer el potencial de mejora de la eficiencia energética que tienen los edificios próximos.
  • Empoderar al usuario, dándole a conocer en tiempo real cuál es su consumo energético y el coste real de la energía. En este punto, Atecyr se alinea con que el término fijo de potencia disminuya su peso frente al variable de energía. Solo así, las mejoras de eficiencia energética se verán fielmente reflejadas en costes económicos y en las inversiones realizadas. Además, se debe abogar por una factura energética más sencilla. Asimismo, entre las medidas se incluye que los contadores y repartidores de costes de calefacción de nueva instalación deben ser de lectura remota, lo que supondrá modificar aspectos recogidos en el RD 736/2020, de 4 de agosto, por el que se regula la contabilización de consumos individuales en instalaciones térmicas de edificios.
  • Promocionar planes específicos de calefacción y refrigeración en los municipios más poblados, potenciando las redes de calor y frio. En este sentido, Atecyr cree más conveniente fomentar redes atemperadas (20 ºC aproximadamente), donde puedan condensar o evaporar equipos de bomba de calor agua/aire y no distribuir agua fría y/o agua caliente.

  • Fomentar que los edificios terciarios dispongan de un sistema de gestión energética o realicen una auditoría energética, cuyas mejoras propuestas estén relacionadas con las futuras intervenciones energéticas que deba tener el edificio (relacionar las auditorias con el pasaporte del edificio, a lo que obligará la nueva publicación de la Directiva de Eficiencia Energética en los Edificios).

Esta nueva Directiva inicia un cambio normativo que será inédito en la historia, no es simplemente un cambio medioambiental o económico, sino cultural. Europa será el espejo del mundo en esta transición y España debe, y en mi opinión puede, ser un referente.

El cambio es inevitable y se producirá si o si, pero debemos empezar sin conocer las soluciones que debemos plantear, y para ello hay que apoyarse en el conocimiento científico y fomentar los encuentros entre técnicos, para intercambiar información y poder avanzar sin cometer errores sistemáticos. Para ello, también se debe trabajar en tecnificar una mano de obra hoy insuficiente y aun sin la cualificación adecuada.

En este sentido, quiero informar que Atecyr celebrará próximamente una jornada sobre eficiencia energética que esta enmarcada dentro de esta nueva Directiva; tratará sobre los Certificados de Ahorro Energético y se celebrará el próximo día 16 de noviembre en el seno de la Feria de Climatización y Refrigeración 2023. El mecanismo de los Certificados de Ahorro Energético ha empezado a funcionar este año, y permite que los consumidores accedan, directamente o a través de un tercero, al Fondo Nacional de Eficiencia Energética regulado en esta Directiva 2023/1791/UE, justificando los ahorros energéticos y recuperando parte de la inversión realizada. El nuevo sistema simplifica en gran medida la asignación de los fondos, cambiando el modelo de convocatorias de ayudas públicas por un instrumento que monetiza los ahorros de forma mucho más sencilla.

Comienza por tanto un momento histórico para empoderar el sector de las instalaciones térmicas, y en nuestra mano está el hacerlo efectivo. El mundo dispone de recursos naturales limitados y debemos dejar el planeta, a nuestras próximas generaciones, al menos, igual que lo encontramos.

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